Hace unos días, cuando mi hermano me pidió consejo para comprarse una nueva pantalla de televisión, descubrí que no estaba muy “al día” de las nuevas tecnologías que están invadiendo el mercado para reemplazar a las clásicas pantallas de TV que aparecieron allá por el año 1922.

Todos hemos oído hablar de TFT, LCD, Plasma y OLED, e incluso combinaciones de ellas, como TFT LCD, y muchas más sin saber en qué se diferencian unas de otras. En este artículo se explican estos conceptos y las principales ventajas e inconvenientes de estas tecnologías.

TFT: En primer lugar hay que aclarar que TFT no es una tecnología de visualización en sí, sino que simplemente se trata de un tipo especial de transistores con el que se consigue mejorar la calidad de la imagen. Su uso más frecuente es junto con las pantallas LCD, tal como se explica a continuación.

LCD y TFT LCD: La tecnología LCD utiliza moléculas de cristal líquido colocadas entre diferentes capas que las polarizan y las rotan según se quiera mostrar un color u otro. Su principal ventaja, además de su reducido tamaño, es el ahorro de energía. Cuando estas pantallas usan transistores TFT, entonces estamos hablando de TFT LCDs, las cuales son los modelos más extendidos en la actualidad.

LCD son las siglas en inglés de “Pantalla de Cristal Líquido” (“Liquid Crystal Display”), un sistema eléctrico de presentación de datos formado por 2 capas conductoras transparentes y en medio un material especial cristalino (cristal líquido) que tiene la capacidad de orientar la luz a su paso. Cuando la corriente circula entre los electrodos transparentes con la forma a representar (por ejemplo, un segmento de un número) el material cristalino se reorienta alterando su transparencia.

Plasma: Al contrario que las pantallas LCD, las pantallas de plasma utilizan fósforos excitados con gases nobles para mostrar puntos (pixels) y dotarlos de color. Aunque se inventó en 1964 se trata de la tecnología más retrasada, en cuanto a nivel de implantación, de las 3 que se han mencionado debido a que su precio es más elevado (aunque cada vez la diferencia es menor) y sin embargo su calidad es mucho mejor. En concreto ofrece mayor ángulo de visión que una pantalla LCD, mejor contraste y más realismo entre los colores mostrados.

Por su parte, el panel de la pantalla de plasma se compone de una multitud de píxeles. Cada píxel se compone de tres celdas rellenas con un gas inerte, que están separados por costillas. Al activar la celda, el gas emite una luz ultravioleta que activa el fósforo incorporado. Después el píxel brilla en los colores primarios rojo, verde o azul (RGB). Una tecnología de filtro en la celda (patente de NEC) garantiza unos colores claros y naturales. A la hora de escoger un televisor es importante fijarse en la resolución nativa o capacidad de píxeles que contiene una pantalla. Supongamos que en las especificaciones del producto se detalla una resolución de “852 x 480”; como regla general el segundo numero (480) determina la cantidad nativa de píxeles de la pantalla, en el caso de este televisor, la cantidad de píxeles hace que sea considerado como ED (Enhanced Definition); en caso de tener una definición de 720 píxeles ó más, la resolución seria considerado HD (High Definition o Alta Definición).

OLED: Esta tecnología también tiene muy pocos años y poco a poco se ha ido introduciendo en el mercado. Se trata de una variante del LED clásico, pero donde la capa de emisión tiene un componente orgánico. Las pantallas OLED tienen la ventaja de no necesitar luz trasera, por lo que ahorran mucha más energía que cualquier otra alternativa. Además, su coste también es menor. Sin embargo, su tiempo de uso no es tan bueno como el de las anteriores tecnologías que se han comentado.

Los televisores en general son capaces de procesar una señal hacia arriba o abajo dependiendo de la necesidad de la resolución nativa de la pantalla. Los televisores ED por ejemplo son perfectos para reproducir contenido de 480p, igual que el video de un DVD progresivo, sin necesidad de procesar la señal. En casos de contenido de 720p o 1080, la señal se procesaría hacia abajo para que la resolución sea compatible con la resolución nativa del televisor. En la mayoría de casos una señal de alta resolución (HD) funciona perfectamente bien en un televisor de ED y la imagen es igual de espectacular. Para los que tienen acceso a programación en alta definición, HD, es mejor para disfrutar de la alta resolución de 1080 líneas. Por último, hay varias especificaciones que los fabricantes anuncian como importantes pero la mejor manera de compararlo es en persona.

Otro aspecto importante a la hora de escoger entre una pantalla plasma o LCD es el tipo de uso que se le va a dar. Si el cuarto es grande y bien iluminado, la pantalla de plasma es la mejor opción (por ahora) que ofrece ángulo de visión de 180 grados y es de las mejores pantallas para reproducir colores negros y grises. LCD es una buena alternativa, pero los tamaños grandes aún son más costosos que un plasma de igual tamaño y las imágenes no tienen la claridad que ofrece una pantalla de plasma. Para cuartos o espacios menores, con luz limitada, se recomienda LCD por su excelente iluminación, habilidad de ver imágenes de cerca sin distorsión y ventaja de generar poco calor y bajo consumo de energía comparado con plasma que son altos en consumo de energía y generan un alto nivel de calor, por lo cual para un espacio menor no sería lo óptimo.

A pesar de que son muy delgados, los televisores plasmas pueden llegar a pesar sobre las 100 libras (aproximadamente 45,36 kilogramos), casi igual que un televisor de tubo de 32 pulgadas y requieren de una mesa o soporte de pared que pueda aguantar su peso. Adicionalmente requieren de amplia ventilación ya que los voltajes usados son altos (generalmente, 150V o más para crear la descarga y el 75V o más inicial para sostener el píxel), los monitores del plasma se calientan bastante. También utilizan mucha electricidad, con un panel típico de 50 pulgadas, consumen entre 450W y 500W. La descarga también produce un zumbido audible difícil de reducir. LCD por el contrario llega a pesar alrededor de 30 libras (aproximadamente 13,61 kilogramos) y se puede ubicar en casi cualquier espacio.

El tiempo de vida del equipo es un factor importante a la hora de invertir en un nuevo televisor. Tanto el plasma como la pantalla LCD ofrecen un rendimiento de 30.000 a 40.000 horas de vida, que se compara por lo menos a un uso de tres años y tres meses de 24/7 (24 horas, los 7 días de la semana), antes de que la TV se descolore a la mitad del brillo original. Dado que no es posible regenerar los gases en una pantalla plasma, ni tampoco reemplazar los píxeles en un LCD, la única opción para reparar el equipo es comprar uno nuevo.

La mayoría de televisores vienen con algún tipo de altavoz y sintonizador incluido. El sintonizador sirve para ver programación local. Para los que desean utilizar altavoces externos o un sintonizador externo como cable o satélite, una alternativa para reducir coste es comprar un monitor donde los altavoces y sintonizador son opcionales y tienen un costo adicional. Finalmente podemos decir que LCD es una opción popular para casi todo tipo de uso, inclusive como monitor. Esto es un valor agregado a un costo más accesible que un plasma y ofrece la ventaja de estar conectado a televisión por cable y a su computadora al mismo tiempo.

Fuente: LCD vs. Pantalla de Plasma, la lucha por la alta definición “VJA COMPUTER”